Cómo ‘Big Dan’ se convirtió en guardaespaldas de Maluma y más

En la franquicia “Las Estrellas Detrás de la Estrella”, los editores de Billboard Latin y Billboard Español comparten historias que aún no se han contado sobre quienes no suelen estar frente a los reflectores. Piensa en “todo lo que no se ve en cámara”, o “todo lo que sucede tras bastidores”. Estos héroes anónimos son esenciales para el equipo de un artista y su fundación. Hoy destacamos a Daniel “Big Dan” Vainberg, quien cofundó la empresa de seguridad VIP Security FL hace más de una década y es el guardaespaldas de estrellas como Maluma y Sebastián Yatra.

“Mi nombre es Daniel Vainberg, pero todos me llaman ‘Big Dan’”, dice el amable gigante de 6 pies 11 pulgadas (2,10 metros) que a lo largo de los años se ha convertido en el guardaespaldas predilecto de Maluma y Sebastián Yatra. El apodo no podría ser más acertado. Por encima de sus clientes, Vainberg es una figura clave en el ecosistema de la música latina, y si has estado en la industria el tiempo suficiente, definitivamente lo has visto (es difícil pasarlo por alto).

“Siempre he sido el más alto de mi familia y en cada salón de clases, en cada reunión a la que voy, hasta que trabajé para el Miami Heat y me convertí en uno de los altos, pero no el más alto”, dice con una sonrisa.

Vainberg, quien cofundó su compañía de seguridad VIP Security FL en 2013, nunca imaginó que se convertiría en el principal guardaespaldas de la música latina. De hecho, cuando se mudó a Florida de Venezuela, trabajó en audio y producción, algo que todavía hace como técnico de transmisión para el equipo de Miami Heat. Pero no fue hasta que un amigo lo reclutó para hacer seguridad en shows en clubes nocturnos y teatros que se dio cuenta de que esto era una vocación. Después de tomar algunos cursos y entrenamientos y de trabajar arduamente para obtener una licencia como profesional de seguridad en el estado de Florida, la lista de clientes de Vainberg ha crecido exponencialmente, incluyendo a Carlos Vives, Nicki Nicole, Juanes y ejecutivos de música como Walter Kolm y Pablo Casal. “Nadie te va a enseñar más sobre lo que tienes que hacer [como seguridad] que estar realmente en el ruedo”, explica Vainberg.

Pero la comunicación es clave en su campo. “Si estoy trabajando en la gira de un artista, el gerente de producción y el tour manager son mi mano derecha”, dice, con preparativos y logística que comienzan meses antes. “Empiezo a hablar con mi tour manager, quien me envía opciones de hoteles, opciones de vehículos, opciones de seguridad local, y ahí es donde comenzamos nuestro proceso de pensar: Si vamos a ir a una serie de conciertos de 22 días, ¿a dónde vamos cada día? ¿Cómo vamos a llegar allí? ¿Cuáles son los hoteles, cuáles son los vuelos? Si hay presupuesto para un equipo adelantado o si tengo que hacer todo yo mismo. Todo se reduce a la preproducción y de esa manera todo sale bien”.

Un día típico de gira para Vainberg está lejos de ser libre de estrés. “Me despierto a las tres o cuatro de la mañana para prepararme, lo que significa que me alisto para el día, desayuno. Luego preparamos al artista y llevamos a todos los miembros de su equipo a los vehículos. Y estás con ellos en todos lados, desde el hotel hasta el recinto, reuniones, meet and greets, el show y de vuelta al hotel. Prácticamente te conviertes en el artista”.

Si bien la seguridad física del artista es una prioridad, Vainberg dice que su trabajo va más allá, al punto de proteger una marca. “Estamos buscando detalles. ¿Hay algo que esté saliendo mal en el escenario? ¿Los fans están bien? Estamos cuidando una imagen porque si algo sale mal en un concierto, van a decir específicamente: ‘Esto pasó en el show de Maluma’. Y eso es lo que estamos tratando de prevenir, siempre estamos atentos a cualquier cosa que pueda salir mal”.

Su comunicación con los fans también es parte del trabajo, especialmente en una era en la que los fanáticos apasionados pueden rastrear fácilmente la ubicación de un artista gracias a las redes sociales o poner un teléfono frente a sus caras exigiendo selfies. “Siempre hay una forma de lograr algo”, dice Vainberg. “Puedes pedirlo, decir por favor y gracias, y eso ayuda mucho. Pero cuando exiges algo, es cuando todos se alarman. Si nos pides, haremos nuestro mejor esfuerzo para conseguirlo. A veces tenemos que decirte: ‘En este momento no puedo garantizar nada porque está en una reunión’. Pero sugeriré esperar junto a la puerta y tan pronto como salgamos, podemos hacerlo. Pero recuerda, los artistas también son seres humanos, ¿verdad? Tratando de vivir la vida”.

Hoy Vainberg, quien todavía está en el campo ofreciendo servicios de guardaespaldas y otras tareas de seguridad, tiene una compañía que emplea a casi 70 personas que brindan una amplia gama de servicios. “Nunca pensé que iba a cuidar de alguien”, reflexiona. “Pero siempre fui el que instintivamente miraba por encima del hombro de todos, asegurándome de que todo estuviera siempre bien. Ganar la confianza de un artista es clave para este trabajo, y ser amable. Uno intenta hacer su mejor esfuerzo y un poco más. Me encanta que cuando estoy caminando por eventos, todos en la industria vienen y me saludan. Se detienen y me estrechan la mano diciendo, ‘Epa, Big Dan, ¿cómo estás?’ Y eso me llena como persona”.